miércoles, 12 de junio de 2013

Once ideas claves de cómo aprender y enseñar competencias

Once ideas claves de cómo aprender y enseñar competencias
Antoni Zavala

Un análisis de las características de la formación inicial y permanente de la mayoría de profesiones nos permite apreciar como estas se han centrado en el aprendizaje de unos conocimientos, por encima de las habilidades para el desarrollo de la correspondiente profesión. Una revisión de los programas oficiales de las distintas titulaciones universitarias y de los temarios de las oposiciones para la mayoría de plazas de la administración pública nos permite apreciar como estos están organizados entorno a los conocimientos.

Lo que interesa es que el alumno sepa utilizar en contextos variados los conocimientos de las distintas materias convencionales. No es suficiente saber o conocer un concepto temático o histórico, lo que interesa es la capacidad de aplicar este conocimiento a la resolución de situaciones o problemas reales. Ya en este nivel los cambios que las competencias presentan para la enseñanza son profundos porque, a pesar de la aparente convivencia de los mismos contenidos, la estructura organizativa de la escuela, la gestión de los horarios y la formación del profesorado no están pensadas ni preparadas para una enseñanza que, como veremos, exige un mayor tiempo y una dinámica en el aula muy alejada del modelo tradicional de enseñanza de carácter transmisivo.

Las competencias relacionadas con el saber hacer y el saber emprender, a las que cabe sumar todas aquellas relacionadas con el trabajo colaborativo y en equipo, a los cambios relacionados con las estrategias de la enseñanza implícitas en el aprendizaje de las competencias, le debemos añadir la introducción de unos contenidos que no provienen de las asignaturas tradicionales, lo que comporta la necesidad de la formación del profesorado actual en campos alejados de sus intereses y conocimientos.

El nivel de exigencia en el sistema escolar corresponde a una enseñanza que orienta a sus fines hacia la información integral de las personas. Esto implica que, como hemos visto, el saber y el saber hacer, se añaden a otros dos que son el saber ser y el saber convivir. En consecuencia la introducción en la enseñanza de las competencias es el resultado de la necesidad de utilizar un concepto que dé repuesta a las necesidades reales de intervención de la persona en todos los ámbitos de la vida.

Un ejemplo es utilizar el nivel de competencia lingüística que tienen los habitantes de distintos países. Siendo las habilidades lingüísticas las mismas en cualquier idioma: escuchar, leer, escribir y hablar, l importancia que se atribuye al conocimiento de las habilidades lingüísticas son muy distintas entre las lenguas de la raíz latina y del  inglés.

El paso previo para dar respuesta a la pregunta de qué competencias deben enseñar está estrechamente relacionado con la necesidad de definir y llegar a un consenso sobre cuál debe ser la finalidad de la educación.

Si analizamos las posibilidades actuales de la escuela, veremos que la realidad nos viene a confirmar que ésta no ha sido pensada para llevar a cabo la formación integral de la persona, es decir, capacitarla para dar respuesta a los problemas cotidianos que se le presentaran a lo largo de la vida. En el momento en que la sociedad cree que debe ser responsabilidad de la administración intervenir para que los ciudadanos sean formado en todas sus capacidades y no solo en los ámbitos tradicionalmente académicos, la decisión que hay que tomar consiste en identificar y suministrar los medios oportunos para conseguirlo. Esto representa plantearse si debe constituirse una nueva estructura organizativa que desarrolle estos nuevos fines, o aprovechar y redefinir alguna instancia existente, es decir, crear un nuevo sistema o utilizar la escuela actual.


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